Un futuro incierto, que ahora es pasado
duerme plácidamente
entre sábanas de estrellas mojadas
acunando mil momentos
de los besos que nos dimos
bajo la erótica morada de tu sombra .
Una carcajada luminosa de luna
clandestinamente persigue
los pasos jadeantes del recuerdo,
endulzando con su miel
aquel paisaje donde cae mi ansiedad,
que espera el calor de tus ósculos benditos.
Si tuviera tiempo,
detendría el tiempo en la luz de tu mirada
para quedarme eternamente cerca de tus ojos,
porque allí está resumido el cielo
que con su redondez inmóvil,
multiplica el resplandor
de un sol en tus pupilas.
Y amaría un segundo más
los veranos que hicieron camino con nuestros pasos
despertando un panal de antojos
en el imperio insobornable de mi sangre
donde conjugamos el verbo amor
en un tiempo sin minutos.
Ven, amado mío… repitamos el futuro.
Martha Cortes Rosas
04/06/2016
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